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miércoles, 15 de febrero de 2012

Lágrimas de gomina

CAPITÁN. La deshonra de la profesión. La gomina supura por la oreja del capitán Francesco Schettino como una lágrima pegajosa. Francesco es cretino. Huyó con la gorra entre las piernas. La compañía contrató a un incompetente, y a un cobarde. ¿Qué tiene que decir la compañía? El barco se llamaba Concordia. Discordia, con el casco abierto y supurante, es el resultado.

ARROGANCIA. Al Titanic lo hundió la arrogancia. Y fue también la soberbia la que naufragó el crucero  italiano, destrozado por la ola de gomina nacida en la cabeza de Schettino.

FECHA. A. C. Antes de Cristo. Antes de la crisis. Éramos felices a. C. Pero, de ser así, no lo sabíamos. Sospechamos ahora que entonces éramos afortunados. Comprendemos la felicidad desde la desdicha.

ELOGIO. Es habitual el elogio fúnebre, salfumán para borrar las huellas del pasado. Es aplicar bótox a la historia. A Fraga le han desaparecido las arrugas franquistas y han emergido los mofletes demócratas. Lo vi una vez, en 1990, en el despacho presidencial de Santiago de Compostela. Fue un encuentro indoor, media docena de periodistas, sentados en sillas y sofás. Le teníamos miedo y estuvo perfecto en el papel de ogro. Y eso que trataba de promocionar Galicia. Nunca creyó en las autonomías pero sí en el poder. Galicia fue el único lugar donde pudo ejercer de cacique con mayoría absoluta.

REIVINDICAR. A Jaime de Marichalar. Los diarios deberían de tener un corresponsal en el Museo de Cera de Madrid. Es allí donde la cera calienta los destinos de la patria. Sabes cómo arde la política española según entran o salen las figuras del almacén. Supimos que Marichalar había sido expulsado de la familia real cuando un empleado arrastró el céreo cuerpo con una carretilla. Tras los sucesos relacionados con el otro yerno y la mano ancha, Marichalar debería de ser restituido. Comenzamos una campaña:
El Marichalar de cera, que vuelva a La Zarzuela.

`MARICHARLAR'. Una conversación entre dos Maris.

AMOR. El amor pringoso entre adultos. El Bigotes a Francisco Camps: "Te quiero mucho". Es sonrojante. Te quiero mucho. El juicio trajeado fue una pantalla de tela, agujas y pespuntes. Valencia está arruinada y el expresidente sentó el culo del traje en el banquillo por un tejemaneje de guardarropía.

CAMPEÓN. Balón de oro, palabra de plomo. Cuando Lionel Messi habla, apenas usa las preposiciones, los adverbios o los adjetivos. Sobrevive con sustantivos, verbos y conjunciones, sin terminar las frases. En el juego emplea la sintaxis completa, el diccionario a chorro, ayudado por los otros académicos del balón. Incapaz de construir una frase en seco, con la pelota es el mejor de los escritores.

FECHA (Y 2). Algún día
podremos escribir ese d. C. Después de la crisis. No ahora, que estamos en a. C. Amarrados a la catástrofe. Amarrados al Concordia.

viernes, 10 de febrero de 2012

Persona antropófaga

PERSONA HUMANA. O antropófaga.

LATIGUILLO. Persona humana es uno de los latiguillos aborrecibles de los últimos tiempos. Cierto que cada vez somos más inhumanos, pero la impavidez ante el dolor ajeno y la crueldad en crecimiento no son suficientes para perder la condición. Hasta que la robótica, Standard & Poor's, Lehman Brothers y el ministro Luis de Guindos demuestren lo contrario, somos humanos moderadamente humanos, y compasivos.

GUINDO. Árbol con fruto ácido. La frase común: "Caer de un guindo". Caer de Lehman Brothers, del que De Guindos, ministro de Economía y  Competitividad, fue jefe ibérico, como el salchichón, en España y Portugal. El hombre que nos tiene que sacar de la crisis proviene del banco que nos enfangó en ella. Al menos dispone de conocimiento del detritus de primera mano. Esperemos que no sea manco.

MINISTRO. Su cartera –¡que no se la roben! es la de Economía y Competitividad. Nos iría mejor que fuese de Economía y Competencia.

LATIGAZO. Es lo que merecen los que se obstinan en la repetición innecesaria del persona humana, vándalos del lenguaje y del sentido común. Que sean flagelados y polvorizados con un plumero.

COPIAR. Pronto en China los escolares que copien serán recompensados. Y suspendidos sin posibilidad de recuperación los que expresen ideas originales. La industria del país es la copia, excepto en reproducir o clonar la democracia: ahí son inimitables. La primera idea ni siquiera es mía. Por supuesto, la he copiado.

INTERTEXTUALIDAD. Es la palabra palabro a la que echó el arpón Lucia Etxebarria cuando fue acusada de plagiar en 2001 al poeta Antonio Colinas. Hace 15 días me referí a ella porque había decidido dejar de escribir acechada por los piratas de la red. Puede que los que descargaban sus libros de forma ilegal si es que eso era verdad y si es que queda alguno que lo siga haciendo la estuvieran intertextualizando. Se arrepiente del calentón y se desdice de la promesa de silencio, agradecida al PP por propulsar la ley Sinde. !Por fin alguien que felicita a Mariano!

FRAGOR. Me da igual una cosa o la otra, que Etxebarria escriba o que enmudezca. De lo que estoy seguro ahora es de que busca la publicidad y que en tiempos de batallas navales, canñones rugidores y velas desaborladas cada uno se hace el marketing como puede, según tenga más o menos conciencia de persona humana.

BANQUERO. Los diarios siguen en lucha, denunciando los abusos, como los sueldos de los banqueros de las entidades intervenidas. Pero es inútil. No pasa naaaada. Ellos cobran; nosotros, pagamos. Los internautas están entretenidos en atropellar a Lucia Etxebarria mientras los banqueros, acorazados, ensordecidos, se forran.

miércoles, 1 de febrero de 2012

El champiñón coreano

CERA. Los operarios del Museo de Cera de Madrid han trasladado la figura de Iñaki Urdangarín a la sala del deporte. Un maniquí que ha salido por patas –o en carretilla– de la sala regia. La familia real mengua, como las velas encendidas. Urdangarín se ha quemado. Su reputación está derretida.

CHAMPIÑÓN. Los periodistas han escrito más sobre las extravagancias y guilladuras de Kim Jong Il, el dictador de Corea del Norte, que de los charcos de sangre que desaguaban a su paso. Realzaba la peculiaridad física el corte de pelo, a lo champiñón, y ese uniforme entre chándal y mono de mecánico, un gusto por el acrílico compartido por Fidel y Chávez. Rodeado de militares con gorras abultadas, grandiosas y caricaturescas, se comprende el tamaño, pues los aduladores compartían los arreglos capilares y arbustivos del jefe para halagarlo. Bajo las gorras de coronel, las plantas leñosas.

ESTAFA. Los mitos se han podrido como troncos en el pantano. En Argentina, las Madres de Plaza de Mayo están siendo investigadas por desviar dinero público. Fueron unas heroínas con pañuelo en la cabeza. Y resulta que era la pañoleta de la lechera, de las ordeñadoras de dinero. Sergio Schoklender, el gerente de la asociación, y Hebe de Bonafini, que acaudillaba los pañuelos blancos que un día ondearon como banderines de paz, se acusan. Él sostiene que soportaba los caprichos de ella con el dinero de los pobres. Ella, que no conoce los chanchullos de él. Al menos sabíamos de la maldad de Kim Jong Il desde que asomó el pelucón de cantante tropical. Pensamos que eran unas santas y tuvieron los vicios del diablo.

ALGODÓN. Los periodistas han descubierto que la ropa interior de Victoria’s Secret, que no es nada victoriana, abraza con algodón recogido por niños en los campos de Burkina Faso. Victoria’s Secret confiaba en esa materia prima porque pertenecía al comercio justo. Y resulta que los agricultores azotaban a los pequeños si se retrasaban con las flores mullidas. La agencia de noticias Bloomberg insiste en bajar las bragas a Victoria’s Secret, que asegura que ignoraba esas prácticas, sin profundizar en cómo es posible que los agricultores recibieran el certificado de comercio justo con un programa de esclavos.

JUSTO. ¿En quién confiar? Comercio injusto, madres traicioneras (o traicionadas; lo dirá la justicia). ¿Quiénes son los héroes? ¿Cómo fiarnos de los sellos, de los timbres de lo ecológico, sostenible, decente, respetuoso si los vigilantes han sido pervertidos?

PRESIDENTE. Ronaldo, el jugador del Real Madrid, la mandíbula corta, húmeda. Portugués, tiene nombre de jugador brasileño. Pues no: a su madre le gustaba Ronald Reagan, aquel actor malo que fue presidente pésimo. Se entiende todo.

LINCHAR. Lucía Etxebarria deja de escribir harta de los corsarios de la red. No soy uno de los lectores ni me interesa su literatura. Pero lamento que se haya dejado intimidar por los linchadores.