‘CHOPPED’. El adiposo y sonrosado embutido. Es un comodín. Pensamiento chopped. Gobierno chopped. Banqueros chopped. Sociedad chopped. Graso, coloreado, repleto de aditivos, carne, hígado y tocino pasados por la trituradora. Somos ciudadanos chopped, lo que queda del gorrino una vez elegidas y separadas las partes nobles.
SEBOSO. Mi favorito es el trending chopped, las chorradas más seguidas y sebosas de Twitter.
TÚ. Quien twittea, tutea.
EVENTO. El diccionario detalla que evento es un “hecho imprevisto”. Apenas alguien lo utiliza como sinónimo de eventualidad. Cuando el mundo periodístico fue partido por un hachazo, a un lado quedaron las agencias de comunicación, que fertilizaron los textos de promoción de sus clientes con esa palabra fatigosa. Pensaron que evento era una forma sotisfiticada de referirse a acto. ¡Y es un “hecho imprevisto”, sin horario ni lugar prefijado! El contagio de la lepra ha sido absoluto. Como una especie invasora, caracol manzana o cangrejo americano, evento se ha comido acto, acontecimiento o celebración. Evento es, por supuesto, una palabra chopped y cursi, camino de ser mortadela. Escritores y periodistas (tengo delante el recorte de un crítico sabatino y babélico) aventan evento y levantan carboncillos y llamitas, un humo sucio.
BANCO. El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, sustrajo bancos para evitar las concentraciones no deseadas (eufemismo de no-quiero-que-el-moro-pase-el-rato-sentado). Política chopped. Monterroso hubiera escrito un cuento mínimo y perplejo, tal vez situado en un pueblito de una autocracia suramericana. Leo que el alcalde quiere impedir los rezos islámicos en la calle. Es fácil solucionarlo: desaparecidos los bancos, hay que suprimir las calles.
RECORTE. El chopped está fabricado con recortes. Es el verbo del lustro: recortar. En vez de sacar el cortauñas, los políticos han desembolsado la motosierra. “Hemos mutilado tanto por aquí”, “hemos tajado tanto por allá”, dicen. ¿Despilfarro o ahorro? Los médicos se quedan sin trabajo, los maestros se quedan sin trabajo. ¿Quién los empleará? La sociedad ha gastado millones en la formación y tiraremos al váter ese conocimiento, que tal vez emplearán con alborozo
y gratitud los hospitales de otros países.
‘BROKER’. Alessio Rastani fue aquel broker o trader, uno de esos empleos de toma-el-dinero-y-corre, que asustó al mundo desde la BBC, la tele pública británica, admirada en otros tiempos, pronosticando la miseria y felicitándose por ella. Picaron los medios y el don nadie fue alguien, para seguir siendo al día siguiente el mismo anónimo inversor. Durante el reinado instantáneo, Rastani fue contestado por ministros y presidentes. Qué honor. Pero ¿por qué hacer caso al indocumentado?, ¿por qué cacarear sus pronósticos en radios, diarios, teles y webs? Charlatanes, predicadores, sacamuelas, apocalípticos. El periodismo chopped.